Opinión: La tregua


Título: La tregua
Autor: Mario Benedetti
Año: 1959
Editorial: Alfaguara
Número de hojas: 211

Martín Santomé está a punto de alcanzar su jubilación. Tiene 49 años y su vida es rutinaria. Tiene tres hijos con quienes vive pero no conoce y hace años que murió su mujer Isabel. Así que sólo espera su jubilación para entregarse al ocio y esperar pacientemente a la muerte.
Es entonces cuando llegan los nuevos empleados que estarán a su cargo : Santini, Sierra y Avellaneda. Y con la llegada de esta última su vida se pondrá de cabeza.

Opinión (con spoilers)
La tregua es un libro qué te hace introducirte en la historia, sentirte parte de ella. Llegué a identificarme bastante con Santomé, me introduje a todo un año de su vida.

Durante todo el libro se desarrolla bastante bien a los personajes secundarios, se les da vida propia. Como la historia de Vignale, la de Santini y su hermana, la de Jaime, su suegra… cada personaje tiene un transfondo que lo hace único.

Respecto a la historia de Jaime, puedo decir qué algunos diálogos de Martín sobre la orientación sexual de su hijo me llegaron a incomodar, pero supongo que es el choque de épocas. Este libro fue escrito hace más de medio siglo y la forma de pensar a cambiado bastante.

“No me mató, claro, pero se vino a matar él, a anularse él. Ya que el hombre de la familia le había fallado, se dedicó a negar al hombre que había en sí mismo. ¡Ufa! Qué complicada explicación para desarrollar un hecho tan escueto, tan ordinario, tan ilevantable. Mi hijo es un marica...”


Volviendo a la historia principal, creo que este ha sido el libro qué más triste me ha puesto hasta ahora. El amor de Santomé me parecía bastante tierno y sincero, poco a poco su felicidad terminó dependiendo de Avellaneda. Me encantaba la relación que llevaban los dos y al llegar al 23 de Septiembre mi corazón también se rompió.

En palabras del propio Santomé, su historia con Avellaneda fue una tregua en la Dios le permitió ser feliz. Fue corta y fugaz pero fue la mejor parte de su vida.

“Pero en el fondo yo tenía fe en que hubiera prórrogas, qué la cumbre no fuera solo un punto, sino una larga e inalcanzable meseta. Pero no había derecho a prórrogas, claro que no…”

“ Es evidente que Dios me concedió un destino oscuro. Ni siquiera cruel. Simplemente oscuro. Es evidente qué me concedió una tregua.”

En el libro hay una constante pelea de Martín con Dios, lo nombra a través de las hojas del Diario que escribe. Aunque dice no saber si creer en él, cuando comienza su relación con Avellaneda le reza para que dure y después al morir ella se lamenta de que no haya podido convencerlo. Dios durante toda su vida había sido su más importante carencia porque él buscaba un Dios con el cual conversar y discutir, a diferencia de Avellaneda quien se contentaba con un Dios omnipresente.

Yo comencé a leer este libro sin saber mucho de la trama y la verdad es que agradezco eso. Si me lo hubieran contado jamás hubiera tenido tanto impacto. La muerte fue inesperada, me tomo por sorpresa y me hizo recordar una lectura de hace años, era algo sosa pero su final me dejó sin palabras. Sigo sin entender del todo el por qué ambos autores decidieron terminar así sus historias, pero siento que es para retratar la fugacidad del amor. Para dejar claro que  debemos aprovechar al máximo los momentos con las personas que amamos pues no sabemos por cuánto tiempo estarán con nosotros y hay que recordar siempre que las personas no mueren mientras estén en nuestros corazones.

Otro de los mensajes que están en el  libro es el  de no dejar pasar el tiempo, porque el tiempo no espera a nadie. No importa si los demás te ven mal, tú sigue a tu felicidad. Santomé todo el libro estuvo dudando de si casarse con Avellaneda o no, siempre temió a que si se casaban la dejaría viuda en una edad temprana o qué un día dejaría de quererlo y buscaría a alguien más como amor. Pero lo que él no sabía es que Avellaneda no tendría una vida tan larga. Lo mismo con el padre de Avellaneda, todo el tiempo estuvo esperando para decidirse a tener una relación real con su hija, hasta qué está murió.

Por último puedo decir que yo de verdad espero que Santomé haya podido ser feliz, por Avellaneda y por él. El libro me dejó con ganas de más y ahora sólo puedo especular sobre el futuro de los personajes. Recomiendo esta lectura ampliamente y espero que los demás lo disfruten tanto como yo lo hice

Comentarios

  1. Me gusta mucho Mario Benedetti, no sé por qué atribuyo siempre esta novela a Ernesto Sábato (?), quizá por las esperanzas rotas y el pesimismo que trasluce. Es una hermosa historia de amor, con todas la dudas e inseguridades del protagonista. Te recomiendo la novela Diario de la guerra del cerdo (1969), de Adolfo Bioy Casares, en la que también se aborda una relación amorosa con diferencia de edades, aunque desde un punto de vista más optimista. Sé que el título no es muy prometedor, pero, está muy buena.
    ¡Nos leemos!

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    Respuestas
    1. ¡Hola!
      Claro que la leeré lo antes posible. El título suena muy genial.
      Lo que me gustó de este libro también fue eso, el protagonista es muy real. Tiene problemas cotidianos, inseguridades, se preocupa por su bienestar y pues resalta un pensamiento pesimista que es muy natural en alguien a quien la vida lo ha tratado mal.

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